Hace poco mi hermano pequeño me miró y me dijo: Hermana, estás vieja. Y yo después darle de hostias (que para eso soy la hermana mayor y tengo derecho … jaja es broma) le expliqué amablemente que los 20 no son eternos y que las arrugas llegan, como el turrón en navidad, cada año un poco antes.
Lo cierto es que mi hermano no se equivoca. Tengo 30, bueno quién dice 30, dice 32 y tengo arrugas finísimas, imperceptibles , de esas que solo los hermanos y las madres ven y que en este caso no se van con saliva … espera hija que tienes algo ahí… ¡Mamá no!! 😒.
Hasta ahora mis arrugas y yo coexistimos en paz y armonía. Intento cuidar lo de dentro, ser una persona feliz, comer aguacate y ponerme crema cuando me acuerdo. Intento también no reírme demasiado, ya sabéis eso de la arruga a los lados de la nariz, ni tomar el sol en verano para que no me atize en la frente, ni extrañarme, ni sorprenderme, ni enfadarme, ni enamorarme; no vaya a ser que me salga un grano de la emoción, tampoco mast…..me obviamente. Todo eso intento. En todo fracaso menos en lo del aguacate. Sobre lo de ser feliz, ahí vamos, tirando.
¿Que me decís, mandamos a tomar por culo el botox? ¿Queréis la tersitud o como se diga eterna o no?
PD: Hermano, te quiero.