Me aburre comer siempre lo mismo, de la misma manera que me aburre ir siempre por el mismo sitio, al mismo lugar ya la misma hora. Me gusta mezclar sabores, a veces está bien y a veces bueno… jajaj. En este caso he triunfado la verdad, porque el resultado es delicioso y además tiene un montón de vitaminas, minerales y un color increíble.
Para alcanzar el éxito, lo único que tienes que hacer es asar una remolacha, bueno y pelar mandarinas… esto sí es trabajo, jaj. Pasa por la frutería del barrio, recuerda coger una calle diferente cada día, nunca se sabe lo que puedes encontrar a la vuelta de la esquina. Compra unas mandarinas, un par de remolachas crudas, es decir ¡fuera de un plástico! y ya está.
Lávalas y mételas al horno durante 35/40min a 180grados. Yo las hago rodajas antes porque me gustan crujientes, ñam. Y mientras, prepara el resto de ingredientes.
Para el aliño puedes hacer una vinagreta con zumo de mandarina, aceite de oliva, un poquito de vinagre balsámico y miel. Le dará toquecito muy guay!!
Ojo, al cortar la remolacha, se quedan las manos rojas. Puedes ponerte guantes y después salir de la cocina con el cuchillo en la mano y los guantes rojos, bahh total nadie se asustaría al ver eso.